Reseña uno: Cybercandy

La reseña de hoy es "Cybercandy" o la Meca de los caramelos bajo mi punto de vista XD.

Muy cerca del núcleo de Covent Garden (de lo que es el famoso mercado en sí) uno se puede encontrar con esta maravillosa tienda de dos pisos, donde la variedad de dulces y caramelos recoge desde los clásicos chicles hasta latas de bebida energética marca "Duff", "Slurm" o con el careto de Stewie de "Padre de familia".

Se trata de un local en el que no para de sonar música J-Pop, con dependientas que te dejan curiosear líbremente y que te ponen toda tu compra en una bolsita de papel como la de la foto.

Casi enloquezco a la hora de decidir. Creo que tanto Sergio como yo nos tiramos unos treinta minutos mirando y decidiendo n-nU. Al final me quedé con un minisurtido de dulces japoneses (porque eran los que tenían el envoltorio más llamativo): unas bolitas de fruta de "Hello Kitty", dulces de yogurt de fresa y chocolate, unas gominolas ácidas de limón y unas "jelly-belly" de cereza. La sonriente dependienta puso también en nuestras bolsas unos folletos en forma de tableta de chocolate en el que dice una leyenda "Mi mejor amigo estuvo en Cybercandy y todo lo que me trajo fue este folleto". XD ¡Pues no es para regalar, que estos dulces ricos me los quedo yo!

En fín, todo esto no es más que un repaso muy por encima a lo que se puede encontrar allí. Tienen otras curiosidad como: piruletas que llevan un auténtico insecto dentro (las había incluso con escorpiones, eeegh), latas en forma del mando de la Nintendo con gramolas dentro, un arsenal de cosas de Hello Kitty con dulces en el interior, dulces de "Full Metal Alchemist", sacos llenos de nubes de sabores raros...todo un paraíso si, como yo, eres un goloso esclavo del azúcar.

Si os pica la curiosidad y disfrutáis con todo lo dulce (en Inglaterra son muy aficionados a esta clase de producto) no dejéis de visitar la página web de Cybercandy, que es http://www.cybercandy.co.uk/

Aunque lo ideal sería poder ir allí otra vez, probar alguna gominola nueva y darse una vueltecita por Covent Garden mientras se escucha a una cantante junior de ópera en el centro del mercado, cantando al aire libre a todo el que quiera pararse a escucharla.